Consejos para disfrutar de un verano saludable
¡Viva el verano!
Si dejamos de un lado el inconveniente del calor, una circunstancia que resulta muy molesta para algunas personas, lo cierto es que los meses de verano suelen levantar el ánimo y las ganas de vivirlo y disfrutarlo con mucha más intensidad que el resto de las estaciones. La Naturaleza nos brinda de oportunidad de realizar actividades distintas a las del resto del año, pero hay que estar alerta con los riesgos. No hay nada mejor que un verano saludable y feliz, libre de problemas y sin sobresaltos. Repasa con nosotros estos consejos; son tan sencillos como beneficiosos:
Cuidado con el sol. Empieza a tomarlo con mesura y evítalo durante las horas centrales del día. Si te gusta tener un bonito bronceado, la paciencia es una gran aliada. ¡Quemarse la piel durante los primeros días es un error impropio de alguien que ha nacido y crecido en el país del sol! Recuerda ponerte una crema de protección solar alta antes de salir de casa y de usar sombreros y gafas de sol.
Hidratación. Con las altas temperaturas sudamos más y perdemos líquidos y minerales. Bebe agua con frecuencia, aunque no tengas sensación de sed. Y si el calor aprieta de verdad, de vez en cuando, en vez de agua puedes beber zumos de fruta natural o bebidas isotónicas para recuperar los minerales que se pierden con el sudor.
Come sano. Evita las comidas copiosas si hace mucho calor y procura seguir unos horarios regulares para mantener unos biorritmos equilibrados (ciclo sueño-vigilia, tránsito intestinal, etc.). Es una buena época para comer platos fríos, ensaladas y frutas de todo tipo. Apetecen más y sientan mejor que las comidas muy grasas. Si te cuesta conciliar el sueño, te recomendamos que pruebes Aquilea Sueño.
Come limpio. Al consumir más cosas crudas (lechugas, tomates, pimientos, frutas con piel, etc.) aumenta el riesgo de que cualquier bacteria nociva nos provoque una infección digestiva que suele manifestarse con una fastidiosa diarrea. Para evitarlo, lávate las manos a menudo, limpia bien tanto los alimentos que vayas a comer crudos como la superficie donde vayas a prepararlos. Y no dejes pasar más de 2 horas sin comerlos o guardarlos en el frigorífico. Este consejo es especialmente importante si viajas a según qué países.
Que no te piquen. Tener siempre a mano una loción repelente de insectos es muy aconsejable. Los mosquitos acechan sin avisar cuando empieza a anochecer, y durante el día, hay que vigilar con las avispas, los tábanos y el mosquito tigre. Otro recurso importantísimo son los “productos anti-picor”, para aliviar el malestar si, a pesar de todas las precauciones, te llega a picar un insecto en el jardín, una ortiga en el campo o una medusa en el mar.
Pon tus pies a salvo. Las piscinas, las duchas públicas y los vestuarios son residencias habituales de los hongos, que viven cómodamente el calor húmedo. Para evitar un “pie de atleta” (nombre que se da a las infecciones por hongos en los pies, y que muchas veces se manifiestan con pequeñas y molestas grietas entre dedo y dedo), procura no andar con los pies descalzos por esos recintos. Y después del baño o la ducha hay que secarlos siempre muy bien, especialmente entre los dedos.
Evitar el golpe de calor. Este problema, aunque puede evitarse, pasa con más frecuencia de la que podemos imaginar, especialmente en niños, ancianos, enfermos crónicos y en personas que trabajan o realizan esfuerzos al aire libre. Se produce como consecuencia de estar demasiado tiempo bajo el sol o en un ambiente excesivamente caluroso. Los síntomas son mareo, confusión, desorientación, fiebre alta, enrojecimiento y sequedad de la piel. Si ocurre, hay que acudir urgentemente al médico.
Seguir estas recomendaciones ayuda a evitar bastantes de las molestias típicas de esta estación y a disfrutar del calor de forma saludable. ¡No las pases por alto!
