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¿Problemas del sueño? En Aquilea te ayudamos

Para muchas personas, dormir es uno de los mayores placeres de la vida. Pero, para otras, el momento de irse a la cama puede convertirse en todo un reto cuando aparecen los problemas para dormir. Como consecuencia, quien experimenta alguno de los múltiples trastornos del sueño ve cambios significativos en su vida: mal humor, estrés y poco rendimiento para realizar sus tareas diarias, además, por supuesto, de cansancio durante el día. Y es en esos casos, cuando el sueño llega justo cuando necesitas estar más despierto.

Principales problemas para dormir

Existen más de 100 trastornos del sueño y se dividen en 4 categorías:

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Insomnio

El insomnio es uno de los problemas del sueño más conocidos por gran parte de la población y quizá se trata del más común. Consiste en la incapacidad para conciliar el sueño o para permanecer dormido durante largos períodos de tiempo. Pero hay quien experimenta ambos efectos: incapacidad para dormir y permanecer dormido. Las personas con insomnio se revuelven en la cama constantemente hasta que logran quedarse dormidas; generalmente les toma más de media hora, aunque hay quien no logra dormir en toda la noche.
Esta alteración también se caracteriza por un sueño fraccionado. Quien padece insomnio siente, a la mañana siguiente, que no ha descansado bien, pues en realidad duerme durante cortos períodos de tiempo, de ahí que a quien lo sufre le resulte imposible permanecer dormido durante varias horas seguidas. El insomnio puede ser algo pasajero y resultado de situaciones de estrés. En estos casos, los episodios pueden estar presentes hasta que los problemas se resuelvan o los niveles de estrés y ansiedad se reduzcan, lo que puede llevar entre 2 y 3 semanas.
El insomnio suele afectar más a las mujeres que a los hombres y los primeros episodios tienden a aparecer en los mayores. Sin embargo, los jóvenes cada vez son más susceptibles de padecer insomnio a causa de exámenes, problemas laborales y económicos, etcétera. Además del estrés, el insomnio aparece en personas que cambian constantemente los horarios de trabajo, siendo los trabajadores de turno de noche los más propensos.
El estilo de vida sedentario también influye considerablemente, pues el cuerpo, al no estar físicamente cansado, tiene energía suficiente para mantenerse despierto. Como resultado del insomnio, además de somnolencia y cansancio, es habitual tener problemas para concentrarse.

Somnolencia diurna excesiva

La hipersomnia, llamada también hipersomnio, es un trastorno que se caracteriza por la excesiva cantidad de sueño durante el día. Las personas que lo padecen logran dormir durante la noche, pero les cuesta mucho trabajo salir de la cama y, a lo largo del día, se sienten cansadas y con ganas de seguir durmiendo.
Los que padecen hipersomnia son capaces de conciliar el sueño sin ningún problema y es posible que, de poder permitírselo, no se levanten sino hasta muy avanzado el día. Al despertar, sienten cansancio en el cuerpo, pesadez y dificultad para abrir los ojos, por lo que les resulta increíblemente fácil continuar durmiendo sin tener conciencia de la cantidad de horas que llevan acostados.
Son poco comunes los casos de hipersomnia en los que la persona puede quedarse en la cama todo el día. Todos tienen obligaciones escolares, laborales, familiares, etcétera; y es aquí cuando aparecen los síntomas más palpables del problema. El sueño excesivo durante el día y el cansancio y pesadez en el cuerpo son los más comunes. La necesidad de permanecer despierto en estas condiciones desemboca en episodios temporales de mal humor, irritabilidad y lentitud a la hora de realizar las tareas diarias.

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Problemas con el ritmo del sueño

El ritmo del sueño suele influir en personas que llevan horarios de trabajo poco estables. Generalmente los suelen padecer los empleados que una semana tienen el turno de noche y a la siguiente el de mañana o tarde, por ejemplo. Los más afectados son los trabajadores nocturnos, pues llevan un ritmo de vida contrario al que lleva el resto de la población: para ellos la noche es el día y viceversa. Y no solo sus patrones de sueño se ven alterados, sino también los hábitos alimenticios, lo que también puede alterar el sueño (aunque en menor medida).
También se ven afectadas las personas que suelen viajar mucho por trabajo y se enfrentan constantemente a situaciones de jetlag. Otras personas afectadas son los adictos al móvil y demás dispositivos electrónicos que se desvelan con frecuencia y que al día siguiente deben levantarse pronto.
El cansancio es el síntoma más habitual de este problema, así como la irritabilidad y la necesidad de dormir siestas bastante largas ya que, al dormir siestas de larga duración, el cansancio se va y por la noche la persona vuelve a encontrarse ante la imposibilidad de dormir, cayendo en un círculo vicioso.

Conductas que interrumpen el sueño

Se trata de un contratiempos bastante habitual y es muy común en niños. Dentro de las parasomnias se encuentran las pesadillas y terrores nocturnos, que despiertan a quien los padece con un sobresalto. Se acompañan por la incapacidad de volver a conciliar el sueño a causa del “miedo” de seguir durmiendo.
En este apartado es importante diferenciar las pesadillas de los terrores nocturnos. Al experimentar las primeras, las personas se despiertan y son capaces de recordar lo que han soñado. Por su parte, quienes experimentan terror nocturno, siguen durmiendo y no pueden acordarse de los episodios. Los terrores nocturnos ocurren durante las primeras etapas o fases del sueño. ¿Cómo saber que una persona experimenta terrores nocturnos?
Es un hecho que afecta generalmente a los niños y, dentro de los síntomas, se encuentra el sentarse en la cama con los ojos muy abiertos, gritar o hablar en sueños y realizar movimientos bruscos. Aunque los niños son los que más terrores nocturnos tienen, es posible que los adultos también los padezcan de vez en cuando. En los niños, el trastorno desaparece con la edad.

Otra parasomnia conocida es la parálisis del sueño. Se trata de un trastorno que se produce cuando el cerebro despierta antes que el cuerpo (acción que debe de ocurrir de forma coordinada). Durante los episodios de parálisis del sueño, la persona puede experimentar alucinaciones terroríficas que parecen reales. A pesar de que esta parasomnia resulta, a priori, muy llamativa, se trata de un problema muy común y los episodios no son muy frecuentes y duran pocos minutos. Se puede prevenir evitando dormir boca arriba.

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Principales causas de los problemas del sueño

En estos tiempos, una de las causas principales de los problemas para conciliar el sueño se asocia estrechamente con el estrés y la ansiedad. La mayor parte de la población, en algún momento de su vida, puede padecer este tipo de trastornos por estrés laboral, ansiedad asociada a problemas en el trabajo, el hogar, la familia o las relaciones.


Además, hay otros factores que influyen en la capacidad para poder dormir. Por ejemplo, el consumo de sustancias como la cafeína y el alcohol o el hecho de cenar copiosamente. Por supuesto, también afecta el llevar hábitos irregulares. Las personas que tienen turno de noche en sus trabajos son grandes expertos en la materia, pues llevan el día al revés de lo que lo lleva el resto de la población.

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Sedentarismo

Hoy en día, el sedentarismo es también uno de los grandes causantes de los problemas para dormir. Actualmente, muchas personas tienen que trabajar desde sus hogares, con lo cual los desplazamientos se reducen e, incluso, muchos han abandonado los hábitos de actividad física. También se han modificado los hábitos alimenticios. Consecuentemente, los horarios se han visto considerablemente afectados. Algunos ya no tienen necesidad de madrugar, pues no tienen que entrar pronto a una oficina, y esto hace que se acuesten más tarde.

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Envejecimiento y paternidad

Otra de las causas de estos trastornos del sueño es el envejecimiento, pero también la paternidad. En ambos casos, se abandona el sueño profundo, por lo que es más habitual despertarse con frecuencia en la noche y no descansar como es adecuado. A esto se suman factores externos que escapan de nuestro control, como el hecho de vivir en zonas concurridas o con mucho tráfico, lo que aumenta el ruido del exterior. También los hábitos de vida de los vecinos pueden alterarnos.

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Adicción a los dispositivos móviles

Finalmente, la última gran causa de la falta de sueño es la creciente adicción a los dispositivos móviles. Y es que, particularmente los jóvenes, suelen permanecer hasta altas horas de la noche en las redes sociales o intercambiando mensajes, viendo series o, simplemente, navegando por Internet. Otro gran error que se comete es coger, por instinto, estos dispositivos al despertar en mitad de la noche. Con esto, las posibilidades de que el sueño desaparezca son considerables.

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¿Cómo se diagnostican los problemas del sueño?

El diagnóstico es bastante sencillo, pues una persona que padece alguno de los trastornos es capaz de identificar fácilmente que no está durmiendo bien. Por supuesto, conocer los síntomas ayuda considerablemente:

1.Una persona con problemas para dormir tardará más de 30 minutosen conciliar el sueño sin distracciones. Esto es, sin estar con algún dispositivo electrónico cerca y simplemente cerrando los ojos.

2. Despertar constantemente a lo largo de la noche o dormir “por episodios” es sinónimo de que algo no marcha bien. Por otra parte, cuando se intenta volver a coger el sueño, resulta complicado.
Con problemas de sueño, es muy difícil dormir 8 horas seguidas.

3. Madrugar en exceso es otro de los síntomas que indican algún trastorno del sueño.

4. Somnolencia a lo largo del día.


5. Conciliar el sueño cuando es momento de despertar.

6. Cansancio y necesidad de echar una cabezadita donde sea,
incluso en el trabajo.

7. Falta de concentración.


8. Ronquidos y sonidos al dormir, como respiración fuerte.


9. Ligeros espasmos corporales que hacen que la persona se
despierte de golpe.

10. Sueños muy vívidos y/o terrores nocturnos y pesadillas.


11. Dificultad para levantarse por la mañana.

¿Cómo solucionar los problemas del sueño?

Para solucionar los problemas del sueño y prevenir que vuelvan a aparecer en el futuro, es recomendable cambiar el estilo de vida y adoptar hábitos más saludables. El sedentarismo es gran aliado de estos trastornos, por lo que se recomienda hacer alguna actividad física, además de evitar las cenas muy copiosas e, incluso, mejorar la alimentación. Mientras más ligero se encuentre el cuerpo, más fácil hará la digestión y te sentirás más ligero, una condición a favor de dormir plácidamente.


Otra recomendación es
apagar los dispositivos móviles, que pueden ser una gran distracción para los adictos a la tecnología. Si tienes cierta necesidad de dejar la televisión encendida o ver contenido en tus dispositivos portátiles, es aconsejable bajar el brillo de la pantalla y reducir también el volumen.


También es muy importante intentar
seguir una rutina a la hora de dormir: no irse a la cama demasiado tarde y tampoco permanecer en ella hasta mediodía. En el caso de los trabajadores nocturnos, es aconsejable irse a la cama después de la jornada laboral y desayunar algo ligero antes de acostarse. Por supuesto, es importante recrear en la medida de lo posible las condiciones “de noche” de la habitación: oscuridad total y, de ser posible, aislamiento de ruido utilizando tapones para los oídos.

Otra manera de ayudar a combatir y solucionar estos problemas, y especialmente si convives con estrés, es a través de suplementos naturales para dormir, como los pertenecientes a la gama Aquilea Sueño. Gracias a ingredientes como la melatonina, que te ayudarán a conciliar el sueño y a plantas como la Valeriana, la Parsiflora, la Amapola de California podrás permanecer dormido durante la noche, descansar y tener un sueño reparador para, al día siguiente, encontrarte con ánimos y fuerzas para realizar todo lo que te propongas. En Aquilea te ofrecemos una amplia gama de productos innovadores para dormir y adaptados a tus necesidades para que nada te frene en tu día a día. ¡Duerme bien, vive despierto!

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