¿Yoga para el estrés? Sí, te puede ayudar
El yoga es una práctica milenaria que aunque hace unos años solía estar rodeada de cierto halo de misterio, actualmente se ha convertido en tendencia. Son cientos las páginas de internet y las personas –entre ellas muchas celebridades- que comparten en las redes sociales las ventajas que el yoga puede aportar.
De todos los beneficios que esta disciplina proporciona sobre cuerpo y mente, uno de ellos es el alivio del estrés, un problema común en nuestra sociedad que puede afectarnos a todos, ya sea de forma puntual o continuada.
Se ha demostrado que practicar yoga de forma regular (al menos durante dos meses) consigue disminuir los niveles de estrés y ansiedad. Y eso es así porque esta disciplina provoca cambios físicos y mentales que ayudan en la gestión de las emociones.
Así, además de utilizarse como un ejercicio físico que ayuda a tonificar y fortalecer los músculos y a mejorar la flexibilidad, el yoga tiene un gran potencial para conseguir bienestar emocional y equilibrio interior.
Hacer yoga tiene unos efectos directos sobre la salud del organismo que también van a repercutir en la vivencia del estrés y la ansiedad. Distintos estudios han puesto de manifiesto como su práctica reduce la inflamación, fortalece el sistema inmunitario, disminuye la presión arterial y baja la frecuencia cardiaca, aspectos todos ellos susceptibles de mejorar cuando la persona vive una situación de nervios o estrés.
Asanas
El yoga se practica a través de asanas, que son posturas que ejecutadas de forma correcta, estabilizan el cuerpo y la mente, logrando que quien lo practica logre una conciencia plena del momento presente y se libre de las preocupaciones.
Hay muchos tipos de asanas, y aunque algunas son más dificultosas que otras, hay que tener en cuenta que el yoga se adapta a cualquier nivel físico; no es necesario ser un virtuoso para practicarlo. Se trata de una práctica de baja intensidad y moderado impacto, por lo que bien ejecutado, es beneficioso para todos, independientemente de la condición física con la que lleguemos.
Ir progresando con la realización de las distintas asanas permite ir liberando tensiones y preocupaciones, de modo que se induce a una relajación corporal en la que la mente comienza a tener conciencia de sí misma y de sus necesidades. De hecho, después de unos meses de práctica, los yoguis (personas que practican yoga) suelen cambiar sus hábitos de vida por otros más saludables y beneficiosos, ya que van aprendiendo a escuchar al cuerpo y adquiriendo conciencia de los cuidados que precisan.
El yoga, además, proporciona un equilibrio y una sensación de bienestar que va dejando de lado al estrés. Algunos de los secretos del yoga tienen su base en la respiración profunda mientras se practica, indispensable para la relajación, y en el enfoque de la mirada en un punto fijo, un aspecto que ayuda a mejorar la concentración y a centrar la mente.
Los más experimentados aconsejan a quienes se inician que procuren tener en cuenta la importancia de la disciplina, de no tener prisa, ya que los resultados no son inmediatos, y de evitar las comparaciones con otros yogis. Lo mejor es tomarlo como un desafío personal que nos ayudará a esforzarnos, a encontrar cada día un tiempo de calma para nosotros y a progresar a buen ritmo. ¡Todo es empezar!
