¿Cómo cambia el sueño con la edad?
A medida que envejecemos, nuestro sueño va sufriendo cambios naturales que podrían afectar a la energía, al estado de ánimo y la salud general. Factores como la alimentación, la actividad física, el estrés y los hábitos juegan un papel clave en el sueño reparador. Para apoyar un sueño de calidad, existen soluciones integrales que combinan ingredientes naturales, como las que tenemos dentro de la gama Descanso de Aquilea.
¿Cómo afecta la edad al sueño?
Con el paso de los años, el sueño se va modificando de forma gradual. A nivel fisiológico, uno de los cambios más relevantes es la disminución en la secreción de melatonina, hormona encargada de regular los ritmos circadianos. Esta reducción puede asociarse con dificultades para conciliar el sueño, así como con despertares nocturnos más frecuentes.
Otros factores importantes incluyen cambios hormonales, variaciones en la temperatura corporal y también la sensibilidad a estímulos ambientales como la luz o los ruidos. En paralelo, hábitos como la alimentación, el consumo de cafeína, alcohol o determinados medicamentos también pueden interferir con el sueño, especialmente en adultos mayores. Sabemos que la alimentación juega un papel crucial. Nutrientes como el triptófano, presente en pescados, huevos y frutos secos, sirven de precursores para la síntesis de serotonina y melatonina, facilitando que conciliemos el sueño.
El magnesio y la vitamina B6, por su parte, también contribuyen en la regulación de los neurotransmisores mencionados como implicados en el descanso. Los antioxidantes y polifenoles presentes en frutas y verduras ayudan a reducir el estado oxidativo y la inflamación, factores también asociados a una menor calidad del sueño.
Complementar la nutrición con productos específicos puede ser útil para favorecer un sueño de calidad. Aquilea Sueño Forte destaca por su innovador comprimido tricapa diseñado para actuar en las distintas fases del descanso.
La primera capa, compuesta por melatonina y vitamina B6, se libera rápidamente y contribuye a conciliar el sueño. La segunda, compuesta por triptófano, pasiflora y amapola de California, se libera durante la noche ayudando a mantener un sueño de calidad. La tercera capa, con valeriana y melisa, se libera de forma sostenida favoreciendo la relajación y un sueño reparador.
¿Cuáles son los principales cambios del sueño durante el envejecimiento?
Con la edad, el sueño puede experimentar varios cambios que pueden afectar a la sensación general de descanso:
- Reducción del sueño profundo: esta fase es fundamental para la recuperación física y para la consolidación de la memoria. La disminución en su duración se traduce en una sensación de cansancio justo al despertar.
- Incremento de los despertares nocturnos: a partir de los 60 años, es habitual despertar varias veces durante la noche sin causas aparentes.
- Acortamiento de la duración total del sueño: aunque la necesidad de descanso sigue siendo similar a la de edades más tempranas, por lo general los adultos mayores suelen dormir menos horas en total.
- Alteración del ritmo circadiano: los patrones de sueño tienden a adelantarse, provocando somnolencia temprana y despertares matutinos tempranos.
- Sensibilidad a factores externos: el estrés, el ruido, la temperatura ambiental, los hábitos de alimentación y el consumo de estimulantes como el café o el té también pueden aumentar la fragmentación del sueño.
La evidencia científica respalda que mantener una alimentación equilibrada rica en triptófano, antioxidantes y micronutrientes esenciales, junto con actividad física regular y exposición adecuada a la luz natural, podría mejorar la calidad del sueño.
Estas estrategias, combinadas con soluciones naturales como Aquilea Gummies+, que contiene una combinación única de 1,95 mg de melatonina + melotime™, pueden favorecer un ciclo de sueño más estable y reparador.
Fases del sueño según la edad
El sueño se divide en varias fases: N1 y N2 (ligero), N3 (profundo) y REM (movimiento ocular rápido). Cada una cumple funciones específicas y va cambiando con la edad:
- Sueño ligero (N1 y N2): aumenta con la edad, lo que provoca despertares más frecuentes y una menor sensación de descanso continuo.
- Sueño profundo (N3): con los años va disminuyendo progresivamente, reduciendo la recuperación física y la consolidación de la memoria.
- Sueño REM: se reduce con la edad, lo que puede influir en la regulación emocional, la creatividad y la memoria a largo plazo.
Mantener una rutina de sueño regular, evitando la exposición a pantallas antes de dormir y realizando actividad física durante el día, favorece la estabilidad de estas fases.
El sueño cambia de forma natural con la edad, afectando tanto la duración como la calidad de las fases profundas y REM. Es esencial mantener buenos hábitos en el día a día, incluyendo una alimentación adecuada y un buen manejo del estrés, junto con soluciones naturales de Aquilea, para contribuir en la mejora del descanso y de la vitalidad en nuestro día a día.
¡No dejes que los cambios en el sueño afecten tu bienestar y sigue estos consejos para descansar mejor cada noche!