Disfruta de las fiestas navideñas sin excesos
Las Navidades son fechas para reencontrarse, celebrar, compartir la ilusión y creer en la magia. Muchas de estas tradiciones las celebramos sentados a la mesa y rodeados de manjares deliciosos, aunque no siempre saludables, y comidas abundantes de repetición.
Si no compaginamos esta ajetreada agenda de citas gastronómicas con una rutina saludable, podemos encontrarnos con situaciones en las que nuestro sistema digestivo se resienta. Esto puede dejarnos un recuerdo agridulce de las fiestas, en forma de dolor de estómago, pesadez, hinchazón, gases, reflujo, náuseas, etc.
En este artículo se desarrollan algunas claves para evitar los excesos en Navidad y anticiparnos a las posibles consecuencias. Se desglosan también algunos consejos para preparar un menú de Navidad equilibrado y algunas herramientas de Aquilea que serán de gran ayuda para actuar en caso de malestar digestivo.
¿Cómo puedo evitar los excesos en Navidad?
Es inevitable que se dé un cambio de rutinas durante estas fechas, ya sea por los cambios de horarios, los días festivos, los encuentros con amigos o familia, o los múltiples estímulos que encontramos a nuestro alrededor en esta época del año. Por lo tanto, deberíamos ser coherentes, realistas y flexibles con los propósitos que nos marquemos de cara a esta época del año.
A continuación, se desarrollan algunos consejos que te ayudarán a cuidarte y evitar los excesos.
- Apostar por un menú equilibrado para tus celebraciones
¿Quién determina cómo debe ser un menú de Navidad? La realidad es que hay determinados grupos de alimentos que asociamos en mayor medida a estos festejos, por ejemplo, el marisco, las carnes magras, las conservas gourmet o los embutidos de larga curación. En definitiva, alimentos que no consumimos habitualmente y que asociamos a ese sentimiento de festividad. Sin embargo, no dejan de ser creencias establecidas, y siempre podremos revisarlas y ajustarlas a las nuevas necesidades.
No se trata de cambiar los alimentos, sino las cantidades, los horarios de ingesta o la calidad nutricional de las elaboraciones, priorizando la calidad de las grasas y la proteína, incluyendo fibra para favorecer el tránsito intestinal y evitando incluir alcohol en la dieta.
Una de las claves para crear un menú equilibrado podría ser mantener la estructura de “entrante, plato principal y postre”.
Ejemplo de comida:
- Entrante: sopa de pescado.
- Principal: cordero al horno con guarnición de verduras frescas y crema de hongos.
- Postre: mousse de naranja y chocolate con base de calabaza.
Ejemplo de cena:
- Entrante: ensalada de caballa, frutos secos, y queso de cabra con un aderezo de cítricos.
- Principal: rodaballo al horno con espárrago triguero, alcachofa y pimiento rojo.
- Postre: brocheta de frutas de temporada.
- Atender a las señales de hambre fisiológica
Es importante que trabajemos en la capacidad de conectar con las necesidades de ingesta reales de nuestro organismo. Alimentarse es de primera necesidad para el correcto funcionamiento de nuestro sistema digestivo, pero este tiene una capacidad limitada para procesar, asimilar y aprovechar los nutrientes que le llegan. Por ende, todo lo que no pueda gestionar será excretado y, si la cantidad de alimentos difíciles de digerir que le llega es abundante, la digestión puede ralentizarse y aparecer signos de malestar digestivo. Por tanto, escuchar las señales de saciedad será fundamental.
En aquellos casos en los que definitivamente las señales de saciedad no hayan sido escuchadas y aparezcan signos como hinchazón, gases, dolor de estómago, ardor, acidez, reflujo, digestiones pesadas o náuseas, sería buena idea contar con Aquilea Digest Total. Gracias a su composición, en la que se combinan el carbonato de calcio, hidróxido de magnesio, citrato de sodio, simeticona y un conjunto de 8 enzimas digestivas, actuará desde el primer momento para mejorar los signos de malestar descritos previamente.
Puedes encontrar otros recursos para síntomas más específicos dentro de la gama Digestión de Aquilea.
- Retomar la rutina entre festejos
Entendiendo que los días de celebración son 5 fechas señaladas (Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes) y que, dentro del propio día de celebración, es una sola comida la que se sale de la norma, tenemos muchas más oportunidades para alimentarnos de manera equilibrada.
Es decir, lo aconsejable sería mantener tus hábitos saludables fuera de esas celebraciones señaladas. Para que nos sea más sencillo llevarlo a cabo, debemos intentar no alimentarnos con sobras de esas comidas, evitar el consumo de procesados típicos de estas fechas (turrones, polvorones, galletas de jengibre, etc.) y evitar comer fuera de casa.
- Ayunos, ¿sí o no?
Depende. Durante el tiempo de ayuno dejamos que el tubo digestivo descanse y pueda poner en marcha su mecanismo de auto limpieza (complejo motor migratorio), de manera que favorecemos el tránsito al impulsar los residuos hacia el colón.
Esto puede favorecernos frente a una situación de hinchazón, gases o pesadez tras una comida copiosa, pero debemos entender desde dónde elegimos hacer el ayuno, si desde la necesidad de hacer esa limpieza fisiológica o desde la culpa por habernos excedido en las ingestas previas. Los ayunos compensatorios no son una práctica segura y pueden retroalimentar un trastorno de la conducta alimentaria. En caso de identificar esta conducta, por favor, recurrir a un especialista.
- Establecer una rutina de ejercicio
Mantenerse activo favorecerá el peristaltismo que empuja el bolo fecal a través del tubo digestivo, de manera que evitamos la sensación de hinchazón y favorecemos el tránsito. Además, nos ayudará a controlar los impulsos de hambre emocional, aumentar la energía y descansar mejor.
No tengas la menor duda de que tu organismo va a agradecer que pongas en práctica los consejos descritos. Recuerda que lo que hace especiales estas fechas no es el plato de comida que tenemos delante, sino las personas que tenemos a nuestro lado y que nos acompañan a la mesa. Dejemos que sea el amor el que nutra estas fiestas.
