Errores y aciertos sobre la acidez estomacal
La acidez de estómago es una molestia tan común, que a través de los años ha ido generando entre la población diversos mitos erróneos. A continuación enumeramos los más habituales.
- Un vaso de leche antes de acostarse evita la acidez estomacal nocturna. Error. La leche proporciona un alivio momentáneo, que después se convierte en más acidez, ya que para digerir su contenido en grasa, calcio y caseína, el estómago necesita mayor cantidad de ácidos digestivos.
- Durmiendo con varias almohadas se evita que el ácido “suba” hacia la boca del estómago. Error. Si nos limitamos a elevar la cabeza y el tórax, lo que conseguimos es presionar el estómago, provocando la “subida” del ácido. Lo que debemos hacer es elevar las patas del cabecero de la cama, de forma que nuestro cuerpo descanse en una posición ligeramente inclinada pero manteniendo la cintura recta, sin flexionarla.
- Una chocolatina con menta después de cenar facilita el sueño. Error. Tanto el chocolate como la menta suelen provocar acidez en el estómago, lo que precisamente nos va a dificultar el sueño.
- La acidez es muy habitual y no tiene ninguna importancia. Cuidado. La acidez estomacal puntual no es problema, pero si se tiene muy a menudo, lo mejor es consultar a un profesional de la salud. Podría ocurrir que fuera el síntoma de alguna enfermedad o trastorno (hernia de hiato, por ejemplo). Y por otra parte, una irritación permanente de las paredes del esófago puede transformarse en un serio problema para la salud.
Afortunadamente, cada vez más personas saben muy bien qué hacer para evitar de verdad la acidez de estómago. Recordémoslo:
- No excederse en la cantidad de comida. Una comida demasiado abundante nos obliga a segregar mayor cantidad de ácidos gástricos para poder digerirla.
- Ser muy prudentes con todas aquellas cosas que ya sabemos que nos provocan acidez: las grasas, los picantes, el chocolate, las bebidas con gas, el alcohol, los cítricos, el café, el tabaco…
- Comer sin prisas y masticando bien.
- Evitar ingerir cosas demasiado frías o demasiado calientes, ya que irritan la pared del estómago.
- Evitar el ejercicio intenso después de las comidas (un paseo tranquilo sienta bien, para actividades más intensas es mejor buscar otro momento).
- No acostarse inmediatamente después de cenar. Conviene dejar pasar al menos una hora entre la cena y la cama.
- Aflojarse el cinturón. La presión sobre la cintura facilita el reflujo (los ácidos del estómago suben hacia el esófago).
- Tomarse la vida con más tranquilidad. El estrés provoca acidez.
No obstante, por mejores hábitos de vida que sigamos y por más precauciones que tomemos, los problemas de acidez, o pirosis, puntual suelen aparecer sin avisar. Es entonces cuando conviene seguir un par de buenos consejos:
-Para solucionar la acidez de un día en el que los excesos gastronómicos han sido inevitables lo mejor es tener un buen antiácido siempre a mano. Por “buen antiácido” entendemos un preparado que actúe a tres niveles: neutralizando los ácidos, evitando que lleguen al esófago, y proporcionando un efecto protector sobre la mucosa digestiva.
- Pero, si a pesar de todas las precauciones, los episodios de acidez estomacal se van repitiendo y repitiendo y repitiendo… entonces lo mejor es acudir al médico, ya que es posible que exista algún problema que esté reclamando una atención específica.
Mientras tanto, una excelente idea es tener antiácido siempre a mano, y no sólo en casa, sino también en el bolso, en el coche, en el trabajo. ¿Conoces el nuevo Aquilea Antiácido?