¿Por qué se producen y cómo se evitan los gases?
Los gases se pueden manifestar de diferentes formas (eructos, flatulencias, distensión abdominal) en nuestra rutina, pero todas ellas tienen algo en común: a pesar de ser un signo fisiológico normal, nos puede llegar a poner en una situación vergonzosa si hacen su aparición estelar cuando estamos en público. En este artículo, conoceremos las causas, qué alimentos pueden dar lugar a más gases, algunos tips y herramientas de Aquilea que nos van a ayudar a remitirlos en nuestra rutina.
¿Qué es lo que provoca gases?
Los gases se producen de manera natural como respuesta a una situación fisiológica que desequilibra el correcto funcionamiento del sistema digestivo. Por ejemplo, eructar suele derivar de un cúmulo excesivo de aire en el tracto digestivo superior. Esto puede deberse a comer o beber muy rápido, respirar de manera ansiosa, hablar durante las ingestas o mascar chicle.
Por otro lado, las flatulencias o la distensión abdominal suelen estar relacionadas con la digestión de los alimentos ingeridos y, más concretamente, con la fermentación de aquellas partículas que no son aprovechadas y absorbidas. Estas partículas llegan al intestino grueso, donde se encuentra la mayor población de microorganismos de nuestro sistema digestivo. Ellos serán los encargados de fermentar estos alimentos generando gases como el hidrógeno, el metano o el dióxido de carbono.
En algunos casos, los gases pueden estar relacionados con intolerancias alimentarias o enfermedades autoinmunes. Esto se traduce en que hay partículas de ciertos alimentos que el sistema digestivo no es capaz de digerir, como, por ejemplo:
- Celiaquía: nuestro organismo no dispone de las enzimas específicas para degradar por completo los péptidos del gluten.
- Intolerancia a la lactosa: muchas personas presentan un déficit de enzima lactasa, la encargada de degradar la lactosa.
- Intolerancia a la fructosa: en algunos casos no se dispone del transportador GLUT 5 o este no funciona correctamente, que es el encargado de transportar la fructosa a través de la membrada intestinal. Por lo tanto, la fructosa no se llega a absorber y puede fermentar en el intestino, produciendo gases.
Otras causas que pueden estar detrás de los gases son:
- El estreñimiento. Cuanto más tarde el bolo fecal en avanzar por el tubo digestivo hasta ser excretado en forma de heces, más tiempo tendrán las bacterias para fermentar las partículas que llegan al colon y, por ende, más gases podrán generar.
- Sobre crecimiento bacteriano (SIBO). Nuestra microbiota se compone de una gran diversidad de cepas bacterianas que conviven en un equilibrio variable. Cuando algunas de esas familias bacterianas sobrecrecen, pueden alterar todo el ecosistema digestivo y, a consecuencia de esto, también los gases que se producen. Este es un trastorno que requiere diagnóstico médico.
- Exceso de algunos carbohidratos fermentables (FODMAPs). Se trata de azúcares presentes en los alimentos (fructosa, sorbitol, manitol, rafinosa), que resultan difíciles de digerir en el intestino y llegan al colon sin absorberse, donde son fermentados por las bacterias, generando gases. La sensibilidad a estos carbohidratos varía de una persona a otra.
¿Qué alimentos producen más gases?
Existen algunas frutas, verduras y hortalizas que producen una mayor cantidad de gases debido a la composición nutricional de los mismos.
En la mayoría de ellos podemos ver una característica común: contienen FODMAPs, es decir, oligosacáridos que el intestino delgado es incapaz de digerir dado que los humanos carecemos de la enzima α-galactosidasa. Esto implica que esos compuestos llegan intactos al intestino grueso. Además, algunos de estos alimentos también contienen fibra soluble e insoluble, y la parte soluble puede ser fermentada por las bacterias del colon generando más gases.
- Las legumbres: son ricas en azúcares complejos como la rafinosa, estaquiosa y verbascosa.
- El brócoli y las coles: son ricas en rafinosa y fructanos.
- La cebolla, el puerro y el ajo: contienen fructanos.
- Las bebidas carbonatadas: contienen CO2, y aunque parte de dicho gas se libera al abrir la botella o lata, la parte restante llega al estómago, provocando eructos o acumulándose en el intestino en forma de hinchazón o flatulencias.
- Alimentos ricos en fibra soluble: como las legumbres, cereales y granos, frutas con cáscara, berenjena, semillas y frutos secos. Aunque estos alimentos tienen múltiples beneficios para regular el tránsito intestinal, también es cierto que puede propiciar los gases, ya que llegan casi intactos al colon, donde son fermentados por las bacterias de nuestra microbiota.
¿Cómo eliminar el exceso de gases?
Para aquellos casos en los que la persona presente gases o hinchazón puntual, podemos utilizar las cápsulas naturales de Aquilea Gases Forte, con una alta concentración de carbón activo y extractos vegetales (anís, hinojo, alcaravea) que van a ayudarnos a eliminar los gases.
Su fórmula también incluye manzanilla y jengibre para contribuir al bienestar gastrointestinal.
Otros factores a tener en cuenta serían:
- Evitar las comidas copiosas (de difícil digestión).
- Practicar ayuno entre las comidas principales para que pueda activarse el complejo motor migratorio y que tenga lugar la limpieza del tracto digestivo.
- Llevar una dieta variada y equilibrada.
- Evitar los ultraprocesados.
- Gestionar el estrés, que puede alterar el equilibrio del sistema digestivo a través del eje intestino-cerebro.
Es importante entender que el contexto fisiológico de la persona y la situación en la que se encuentra su sistema digestivo también influyen en la forma en la que va a gestionar los alimentos.
Tener gases de manera puntual no es motivo de preocupación, entendemos que es una herramienta de evacuación del cuerpo. Sin embargo, se debe prestar atención y consultar a un médico si los gases se acompañan de malestar persistente, dolor intenso, cambios en el hábito intestinal o signos de cronicidad.