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Huesos y Articulaciones

Consecuencias de la falta de colágeno

El colágeno es la proteína más abundante en los humanos. El cuerpo la produce de forma natural para cumplir diferentes funciones. Los encargados de segregar el colágeno son los fibroblastos, unas células presentes en distintos tejidos, como los ligamentos, los tendones o los huesos. La característica más llamativa del colágeno es su resistencia, pudiendo aguantar cargas de hasta 40 kg por cada fibra de 1mm.

Está formado por una gran cantidad de aminoácidos, entre los que destaca la glicina, la cual es fundamental para el desarrollo de los músculos y para la salud de los huesos. Además de la esta, el colágeno también está formado por hidroxilisina e hidroxiprolina, entre otros.

Pese a que se suele conocer al colágeno como el responsable de que luzcamos una piel joven, lo cierto es que esta proteína cumple otras funciones muy importantes en el organismo. De hecho, existen diferentes tipos, cada uno de ellos con una función principal. Entre sus cometidos, destaca la dotación de elasticidad a los tejidos, la aportación de resistencia a los mismos o la sujeción de los órganos.

Factores perjudiciales para la producción de colágeno

Esta proteína tan abundante y fundamental en el cuerpo disminuye a lo largo del tiempo. A los 25 años, el cuerpo reduce su producción de colágeno. Más allá de la edad, existen ciertos factores que aceleran el proceso y que entorpecen la creación de colágeno.

El primero de ellos es la exposición solar, puesto que los rayos ultravioletas dañan las fibras de esta proteína. Es este, precisamente, uno de los motivos del fotoenvejecimiento de la piel. Así, aquellas personas que toman el sol de forma abusiva durante muchas horas y sin protector, tienen el riesgo de presentar manchas, arrugas y un cutis poco terso.

Al igual que el sol, la contaminación es también uno de los agentes más dañinos para el colágeno. En el día a día, la piel se expone a cientos de agentes contaminantes, los cuales son menores en tamaño que sus propios poros. Esto hace que penetren a través de ellos o por inhalación al respirar. Los radicales libres de dichos agentes contaminantes destruyen el colágeno, por lo que es recomendable llevar una rutina de limpieza diaria y consumir antioxidantes, como frutas y verduras.

Hablando de alimentos, una alimentación poco saludable es otro de los incentivos para la disminución de la producción de colágeno. Es importante llevar una dieta baja en azúcares, grasas y alimentos procesados. Además, alimentos como el pescado azul, los huevos, la carne, los lácteos o los frutos secos son muy beneficiosos y ayudan a que aumente esta proteína.

Por otro lado, dormir pocas horas es también un factor agravante en el descenso de la producción de colágeno. Es durante las horas de sueño profundo cuando el cuerpo produce colágeno, por lo que se recomienda descansar un mínimo de 7 horas diarias. Además del colágeno, por la noche también se segrega elastina, melatonina, estrógeno y otras sustancias.

Consecuencias de la falta de colágeno

Como ya se sabe, una de las principales consecuencias de la falta de colágeno es la aparición de las temidas arrugas. Puesto que esta proteína es la encargada de aportar firmeza, cuando sus niveles disminuyen la piel tiende a parecer flácida y poco tersa.

No obstante, los síntomas de la falta de colágeno no son solo externos. Una de las consecuencias más comunes es la presencia de dolor en las articulaciones. La explicación se encuentra en que los cartílagos están compuestos en gran medida por colágeno. Asimismo, también se puede dar una pérdida de movilidad y la aparición de rigidez en las mismas.

¿Cómo aumentar la producción de colágeno?

Como hemos comentado anteriormente, la comida es uno de los puntos claves a la hora de ayudar al cuerpo a aumentar la producción de colágeno. Es por ello por lo que hay que prestar una especial atención a la dieta.

Más allá de llevar una alimentación saludable, existen ciertos alimentos que son de gran ayuda para este objetivo. Entre ellos se encuentran los que son ricos en vitamina C, como los cítricos, el pimiento, el brócolis o el tomate. También puedes aderezar tus comidas y darles sabor con ajo, el cual contiene taurina, sustancia muy beneficiosa en la reparación de las fibras de colágeno.

Dejando a un lado los vegetales, dentro de los productos de origen animal los huevos cobran una especial relevancia, puesto que contienen una gran cantidad de aminoácidos. Es preferible cocinarlos con poca grasa, como cocidos o a la plancha.

Más allá de la dieta, ciertos hábitos diarios como la limpieza de la piel son fundamentales. Tal y como comentábamos antes, estamos expuestos a agentes contaminantes presentes en el aire que respiramos. Para poder mantener el cutis limpio y evitar que estos dañen la estructura de la piel, es fundamental realizar una limpieza por la mañana y antes de acostarse.

Además, el tabaco y el alcohol deben quedar fuera de tu vida. En cuanto al primero, es conocido por acelerar el envejecimiento de la piel, ya que rompe las fibras de colágeno. Por lo tanto, es aconsejable descartar su consumo.

Por último, existen suplementos que ayudan a restablecer los niveles de colágeno de una forma más sencilla. Entre ellos se encuentra Aquilea Articulaciones Colágeno + Magnesio, un producto compuesto a base de colágeno, ácido hialurónico, magnesio y vitamina C, perfecto para el bienestar de las articulaciones.

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